miércoles, 8 de agosto de 2018

Día 3 Italia: Venecia


Era nuestro tercer día en tierras italianas y hoy nos tocaba madrugar, a las 8:45h salía nuestro tren desde la estación central de Milán con destino Venecia.

Como sólo íbamos a pasar dos días en Venecia decidimos coger un tren temprano para poder aprovechar el día entero.



A las 11:10h de la mañana llegaba nuestro tren a la estación de Santa Lucía en Venecia. Salimos de allí y la primera sensación que tuvimos fue alucinar, el Gran Canal estaba frente a nosotros, lleno de gente, góndolas, vaporettos... una ciudad totalmente diferente a cualquiera de las que habíamos visitado antes.

Por muchas fotos y vídeos que hubiéramos visto de Venecia, nunca te la imaginas en primera persona y siempre sorprende, creo que si volviera más veces seguiría dejándome con la boca abierta.

Una vez que dejamos de flipar, pusimos la dirección del apartamento en el GPS y comenzamos la marcha.

Tan sólo había 7 minutos andando, pero que largos se nos hicieron con tanto puente!! Y es que claro íbamos con la silla del peque a cuestas.

Llegamos a la plaza donde se encontraba nuestro alojamiento para estos 2 días, esperamos unos 15 minutos hasta que llego el chico con las llaves, fue muy amable, nos enseño el apartamento, todo lo que debíamos saber, nos había dejado guías, mapas y un listado con sitios recomendados para comer.

Que suerte tuvimos en este viaje con nuestro anfitriones!!

Una vez que descargamos nuestras mochilas, no queríamos perder el tiempo y nos fuimos a descubrir la ciudad, el apartamento esta super céntrico así que podíamos movernos por el centro andando a cualquier sitio.


Al haber madrugado tanto, habíamos desayunado muy temprano por lo que ya empezábamos a tener hambre y además Hugo comenzaba a tener sueño así que decidimos ir en busca de un restaurante que llevaba apuntado, se trata de la Osteria alla Ciurma, un pequeño local no muy conocido pero que tienen unas riquísimas tapas y raciones por 1,50€ todas caseras y que están buenísimas, había leído sobre sus albóndigas y como al peque le gustan decidimos ir aquí.

Tuvimos suerte y quizá también porque todavía era pronto para comer porque estaba bastante libre el local y pudimos sentarnos en una mesa. Aunque no paraba de entrar gente para raciones para llevar.

El dueño es un chico majisimo y le pregunte por las albóndigas porque había unas con salsa de tomate pero me explico que picaban, como le dije que eran para el peque me recomendó unas que seguro le gustarían, me dijo que me ponía una para que la probara y si le gustaba le pidiera más, vamos que si le gusto, le encanto y pedimos dos mas, además eran enormes así que comió genial!! 

Nosotros mientras nos pedimos un vino, algo en lo que también esta especializado y una tapa que era un sándwich relleno de un montón de cosas pero que estaba delicioso. 

Las albóndigas nos costaron 1€ cada una y el sándwich 2€ así que puedes ponerte morado por muy poco dinero. Volvería mil veces más.

Nada mas salir del local, Hugo decidió que era su momento siesta, menos mal que habíamos comido pronto así que se tumbo en el carro y a descansar.

Nosotros todavía teníamos hambre, sólo con el sanwich no comíamos y os preguntareis que porque no cogimos nada más, pues porque antes de llegar a este restaurante habíamos pasado por una de las pizzerias más famosas de Venecia, se trata del Antico Forno.




Vimos que se podían coger raciones para llevar así que queríamos una pero preferíamos que primero comiera el peque y se durmiera y entonces volveríamos.

No había todavía mucha gente haciendo fila por lo que no tuvimos que esperar mucho, lo justo para poder decidirnos por cual queríamos, hay tantas y con tan buena pinta.

Nos cogimos una porción cada uno, creo recordar que nos costo 3€ cada trozo de pizza pero vamos que es como comerte una pizza entera de las de España, era enorme!!

Nos fuimos a una calle de detrás super tranquila y nos sentamos en un escalón a comérnosla relajadamente, madre si disfrutamos de este trozo de pizza. El día en Venecia estaba empezando genial!!


Una vez acabada la pizza nuestro tiempo de relax también se había acabado, teníamos que seguir descubriendo esta ciudad.

Comenzamos a callejear en dirección al puente de Rialto, cuando lo vimos al cruzar una esquina los dos pensamos que era una maravilla pero no cabía ni un alfiler de la gente que había, hacerse fotos desde el puente fue casi misión imposible, pero oye lo mejor es que aquí podéis encontrar tiendas de souvenirs super baratas, me resulto curioso encontrarlas aquí en un lugar tan turístico, pensaba que serían bastante más caros, así que decidí no pensarlo y cargar con todo lo que quería llevarme, mi imán de Venecia, mascaras imán para la familia y mi mascara veneciana que ahora cuelga en mi habitación 



Decidimos salir del agobio del puente, todo esto cargando la silla entre los dos, somos muy masocas lo se. Nuestra siguiente parada de la ruta sería el teatro de la Fenice pasando antes por el mercado de Rialto, aunque claro era por la tarde y estaba prácticamente vacío.



La verdad es que por dentro quizá el teatro sea más bonito porque por fuera no me apreció nada del otro mundo. Pero se trata de uno de los teatros más famosos porque aquí se estrenaban algunas operas italianas muy importantes.

Seguimos callejeando, parándonos mil veces a ver los pequeños canales y hacernos fotos, hasta que por fin llegamos a uno de los tesoros de Venecia, su Plaza de San Marcos.




Cuando te adentras en ella por uno de sus laterales del fondo la sensación es brutal, ver a lo lejos el Campanille y de fondo la Basílica de San Marcos es algo que tienes que hacer una vez en tu vida.

Es sencillamente preciosa!! Aunque he de decir que la basílica de sencilla no tiene nada porque cuenta con 8000 metros cuadrados de mosaicos que representan momentos de la vida de San Marcos y escenas del antiguo y nuevo testamento. Aunque no seas religioso como yo te parecerá una maravilla porque es un arte espectacular.

Pasamos un buen rato haciéndonos mil y una fotos en la plaza, y después queríamos seguir disfrutando de estas vistas así que buscamos una pequeña heladería justo debajo de la torre del orologio y buscamos un rincón a la sombra debajo del campanille para comernos el helado tranquilamente y disfrutando del ambiente de la plaza.


Mientras disfrutábamos de este momento nos debatíamos entre entrar o no a la basílica, su entrada es gratuita pero como veíamos fila y nos habían dicho que la fila para entrar es horrible nos lo planteamos bastante pero al final dijimos, bah ya que estamos aquí tenemos que entrar, y a ver la fila fue de apenas 15 minutos pero por dentro nos decepciono bastante, como por fuera es tan bonita y da tanta claridad y color a la plaza por dentro esperaba mucho más, pero es una basílica bastante oscura y prefiero verla por fuera. Así que mi recomendación es que si hay poca fila entréis pero yo no esperaría 2 horas por verla aunque sea gratis, hay otras cosas en Venecia que merecen mucho más la pena y a las que dedicar ese tiempo.




Desde aquí nos acercamos hasta el pequeño puerto de góndolas donde se obtienen una de las estampas más conocidas de Venecia, al fondo podemos ver la isla de San Giorgio Maggiore, la cual se puede visitar en Vaporetto aunque nosotros no lo hicimos pero si que nos quedamos disfrutando de sus vistas,


Justo aquí al lado se encuentra uno de los iconos de Venecia, se trata del famoso Puente de los suspiros. Mundial mente conocido por ser uno de los rincones más románticos de la ciudad. Para verlo hay que subir encima de otro puente, el único en la ciudad que encontramos preparado para subir con silla, por favor que hagan todos los puentes de Venecia así!!



La siesta de Hugo se había acabado así que buscamos un rincón a la sombra justo al lado de la estación de Vaporettos para que estirara las piernas y merendar.


Después de esta pausa pensamos que queríamos alejarnos un poco del bullicio del centro así que nos fuimos a pasear por el barrio de Cannagiero, uno de los más grandes y poblados de Venecia pero super tranquilo al no ser tan turístico y ser más residencial, aquí mismo se encuentra el Ghetto de Venecia, como bien su nombre indica se trata del antiguo gueto judío de la ciudad.  Esta zona tiene muchísima importancia histórica.

Lo mejor de este barrio es pasear y sentarte en uno de sus bancos a disfrutar de su tranquilidad así que eso hicimos, nos dejamos perder por sus calles. Hasta que de repente empezó a llover. Como todavía no era muy fuerte decidimos ir volviendo al apartamento aunque teníamos bastante trozo. 


Hubo un momento que no pudimos continuar, tuvimos que refugiarnos porque caía tanta agua que no podíamos andar dos pasos sin empaparnos.

Poco a poco íbamos avanzando y por fin llegábamos al apartamento aunque bastante pasados por agua. Pero no nos vamos a quejar, nos hizo un día estupendo y pudimos exprimir a tope nuestro primer día en Venecia.

Ahora tocaba ducharnos, preparar la cena y descansar, al día siguiente cogeríamos un Vaporetto que nos llevaría a ver un montón de casitas de colores.


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