Llegaba nuestro último día en Italia, y yo moría de pena por dejar atrás no sólo los preciosos pueblos de Cinque Terre sino por este país que me tiene enamorada y al que ya estoy deseando volver.
Decidimos pasar nuestra última noche en Bérgamo para estar ya cerca del aeropuerto ya que al día siguiente tendríamos que volar de vuelta a casa.