miércoles, 3 de octubre de 2018

Día 9 Italia: Florencia y Pisa


Nos levantamos emocionados ya que aunque en nuestros primeros planes de este viaje había incluido Pisa, pero por tiempo pensamos que sería mejor no ir y aprovechar bien los días.


Pero después de pasar nuestro primer día en Florencia y recorrernos todo lo que queríamos ver, decidimos comprar unos billetes de tren para visitar Pisa.

Antes de coger el tren decidimos acercarnos al Duomo para ver si podíamos verlo por dentro, pero cual fue nuestra sorpresa que la fila ya daba la vuelta al duomo siendo que acababan de abrir las puertas.

Y la estimación para entrar eran 2 horas, así que un poco decepcionados pero no íbamos a perder 2 horas haciendo fila, os recuerdo que yo ya lo había visitado por dentro la primera vez que estuve en Florencia.

Pasamos por la galería de la Academia antes de ir hacia la estación pero resulta que los lunes esta cerrado.

Después de no haber conseguido nuestro objetivo de primera hora de la mañana nos fuimos hacía la estación de Santa Maria Novella.

Nuestro tren salía a las 11:28h y en menos de 1 hora ya habíamos llegado a la estación de tren de Pisa.

Lo primero que hicimos nada más salir de la estación fue dirigirnos a ver el mural del "Tuttomundo" creación de keith Haring en 1989.


Continuamos nuestro camino hasta el río Arno donde antes de cruzar nos encontramos con la Chiesa de Santa Maria della Spina, una iglesia muy pequeñita a orillas del río de estilo gótico y con muros de mármol blanco.


Ahora si, cruzamos por el Ponte Soferino, desde el cual podemos tomar unas bonitas instantáneas del río con las casas de colores al otro lado.

Nos adentramos por Borgo Stretto, la calle más animada y llena de restaurantes de Pisa, aunque a la hora que nosotros pasamos estaba bastante tranquila. Aquí decidimos buscar un sitio para comer.

Encontramos una cafetería con un meno económico y con terraza que se llama Pisa Glamour Caffe, nos sentamos aquí y disfrutamos de una comida tranquila que aunque no estaba mala, fue la peor de todo el viaje y al final entre que nos la clavaron con las bebidas y nos cobraron cubierto y suplemento de terraza tampoco nos salió tan económico.

Seguimos por esta misma calle pero nos paramos en la típica tienda de souvenirs para llevarnos el imán de Pisa, somos de los que coleccionamos imanes de todas las ciudades y además le compramos una camiseta de recuerdo al peque porque la que llevaba se la había puesto perdida de tomate comiendo espaguetis.


Ahora si que si nos encaminábamos a ver lo más famoso de esta ciudad. Llegamos a la Plaza dei Miracoli, donde se encuentra la famosa Torre de Pisa.

Lo primero que pensé en cuanto la tuve delante de mi fue que era más pequeña de lo que me había imaginado, esto es lo que me gusta de viajar, el tener una imagen en la cabeza de las cosas que vas a visitar y que te sorprendan sea para bien o para mal.

Algo que también me sorprendió es que aunque había gente esperaba que hubiera muchiiiisima más así que fue un punto a favor.

Es sorprendente ver la inclinación de la torre y como la gente sube hasta lo alto, cosa que nosotros no hicimos porque a parte de que la entrada es cara, había leído que las vistas desde arriba no son nada del otro mundo.

Eso si la torre esta super controlada ya que la tienen monitorizada para ver si hay algún cambio estructural.

Por supuesto, no podíamos irnos de allí sin hacer las típicas fotos en la torre haciendo el tonto, y teníais que ver la imagen de todos los que estábamos allí junto a la vaya intentando coger la mejor perspectiva para la foto.


Después de hacernos un book de fotos y de hacerle a otras cuantas personas, decidimos sentarnos justo en la acera de enfrente a la sombra y contemplar el espectáculo de poses para sacar las fotos.

Fue un rato muy divertido sobre todo viendo como los chinos se entregaban en cuerpo y alma para obtener la foto más original.

Después de descansar un rato a la sombra, seguimos descubriendo lo que se encuentra en esta plaza.

Por un lado el Duomo de Pisa, catedral medieval que se puede visitar por dentro de forma gratuita.



Y justo al lado del duomo encontramos el baptisterio, que es el más grande de toda Italia, si queréis entrar tendréis que pagar 5€, nosotros no lo hicimos.

Nos acercamos hasta los pies de la torre para buscar un sitio a la sombra donde sentarnos mientras David iba a buscar unos helados, y menudo rato más bueno pasamos allí con nuestros helados y esas bonitas vistas.

Nuestro tren salía de nuevo con dirección Florencia a las 19:12h así que empezamos a dirigirnos a la estación.

A las 20:00h estábamos de nuevo en Florencia y nos acercamos a ver la Iglesia de Santa Maria Novella, que se sitúa en la plaza del mismo nombre y muy cerquita de la estación de tren.

Para mi es preciosa, sobre todo su fachada de mármol blanco y verde.

Volvimos caminando hacía el apartamento y cruzando el río Arno por el Puente alle Grazie pudimos disfrutar de un atardecer precioso con vistas al Ponte Vecchio.

Al día siguiente nos tocaba despedirnos de Florencia y aunque llegaba la recta final del viaje, tenía muchas ganas de conocer los bellos pueblos de Cinque Terre, que sería nuestra siguiente parada.





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