lunes, 24 de septiembre de 2018

Día 8 Italia: Florencia



Volvíamos a coger otro tren para poner rumbo a una nueva ciudad, aunque para mi no era nueva porque hace ya 10 años visite por primera vez Florencia y me enamore de ella, sabría que algún día volvería y esta fue una gran oportunidad.






Llegábamos a las 10 de la mañana a la estación de Campo di Marte de Florencia y como estaba un poco alejada de nuestro alojamiento decidimos buscar el autobús que nos dejaba mas cerca.

Allí estuvimos unos 15 minutos en la parada del autobús y cuando llego iba lleno y no dejo subir... así que nada con todo el dolor de nuestro corazón pusimos rumbo cargados con nuestras mochilas hasta el apartamento.

Una vez allí nos esperaban unas empinadas e interminables escaleras hasta subir a nuestro apartamento, que estaba genial pero si vais con niños o muy cargados se hace incomodo subir y bajar esas escaleras.

Una vez descargamos todas nuestras cosas, nos dirigimos directamente a buscar un sitio para comer.

No queríamos perder mucho tiempo pensando donde comer así que nos fuimos a la Plaza Santo Spirito muy cerca de nuestro apartamento donde nos habia dicho nuestra anfitriona que había varios restaurantes.

Nuestro elegido fue el Borgo Antico donde comimos muy muy bien y nos salio a unos 36€ los 3, así que no estuvo nada mal, eso si sólo por el café me cobraron 5€ así que si solo coméis os saldrá mucho mas barato.

Una vez con la barriga llena estábamos listos para recorrer Florencia. Para mi era la segunda vez que la visitaba por lo que tampoco perderíamos mucho tiempo en entrar en determinados sitios, ya que David no es mucho de museos.


El primer lugar a donde nos dirigimos fue el Ponte Vecchio .

En la calle Borgo S. Jacopo justo donde se encuentra el restaurante Borgo, hay una especie de callejón que da al río desde se obtienen unas maravillosas vistas del puente y sin el agobio de turistas.

Después de hacernos unas fotos aquí, ya si que nos adentramos en el famoso puente, lleno de turistas, joyerías y muchísimo ambiente.

Este puente es todo un símbolo para la ciudad y desde el se obtienen unas maravillosas vistas del Río Arno.





Desde aquí llegamos a la Piazza della signoria, una de las plazas mas bellas para mi gusto de Florencia, ya que parece un museo al aire libre.

¿Porque lo parece? Porque se encuentra la Loggia dei Lanzi, museo al aire libre con algunas de las mejores esculturas de los Medici.

En esta plaza también se encuentra el Palacio Vecchio, el cual se puede visitar pero como yo ya había estado no volvimos a entrar.

A las puertas del Palacio se encuentra una copia de la escultura del David de Miguel Angel aunque el original se encuentra en la Galería de la Academia.

Nos sentamos a la sombra a  observar la gran belleza de esta plaza y mientras Hugo se entretenía mucho con los caballos.


El siguiente punto era la Logia del Mercado Nuevo, la cual también es conocida como Mercato del Porcellino, donde se encuentran puestos con souvenirs, pero lo que más destaca de aquí es el jabalí de bronce. Cuenta la leyenda que hay que acariciar el morro, poner una moneda en su boca y si cae dentro de la rejilla de la fuente tendrás suerte y si cae fuera... ya os diré que pasa porque es lo que me ocurrió a mi jaja



Ahora si llegábamos al punto más importante de Florencia, su Plaza del Duomo, la visite las veces que sean me va a seguir pareciendo impresionante.

Aquí se encuentra el Duomo de Santa Maria del Fiore, para mi el más bonito que he visto, es cautivador y te deja siempre con la boca abierta. Junto a el se encuentran su Campanille y el Baptisterio.

Su horario de cierre es a las 17h por lo que ya no llegábamos para entrar. Ilusos de nosotros estábamos tranquilos porque creíamos que podríamos entrar al día siguiente.

Este era el lugar idóneo para tomar un Helado y a pesar de estar en plena plaza del Duomo no eran nada caros, así que nos sentamos en una terraza, con las vistas de esta maravillosa plaza y la música en directo de fondo.








Llegamos hasta el Mercado de San Lorenzo,  lo mejor lo encontramos dentro por supuesto, se trata de una especie de mercado gastronómico, donde encontramos un montón de puestos de distintos tipos de restaurantes donde se nos hará difícil elegir. Pensamos que sería muy buena opción para comer al día siguiente aunque nuestros planes cambiarían a lo largo del día.



Yo tenía muchísimas ganas de llegar hasta la plaza de la Santa Croce, tenía muy buenos recuerdos de ella de la vez anterior que la visite. Recuerdo que la primera vez que llegue a esta plaza me impresiono y su visita al interior me emociono muchísimo.


Pero esta vez cuando llegamos menuda decepción, toda la plaza estaba llena de andamios, sólo teníamos un pequeño hueco para pasar por delante de las escaleras de la basílica. No pudimos disfrutar de su belleza al 100%


En esta ocasión me lleve un chasco muy grande así que prefiero borrar esa imagen de mi mente y quedarme con la primera vez que la visite que estaba esplendida la plaza.


Eso si, estuvimos un rato sentados en las escaleras mientras Hugo jugaba con las palomas. Decidimos que no íbamos a visitarla por dentro, yo ya había estado como os he dicho y a David lo de ver tumbas aunque sean de personajes tan famosos como Dante o Miguel Angel, no le hace demasiada ilusión.



Se acercaba la hora del atardecer y no nos lo queríamos perder desde el mejor mirador de la ciudad.




Se trata del Piazzale Michelangelo, se encuentra en lo alto de la meseta sur del Río Arno, aunque para hacer fotos desde aquí el atardecer no es la mejor opción por la posición del sol, las vistas son impresionantes y como me gusta tanto el atardecer era la mejor opción.


Aquí tenemos otra replica del David de Migue Angel, para que veáis la importancia que se le da en esta ciudad a esta obra.




Después de ver este maravillosos atardecer, pusimos camino hasta el apartamento, antes pasando por el Palacio Piti, que aunque a estas horas ya no estaba abierto tampoco era nuestra intención entrar. Pero pudimos ver su impresionante exterior.


En una tarde nos habíamos recorrido toda Florencia, aunque claro sin entrar a iglesias y museos que ahorras muchísimo tiempo porque no tienes que hacer fila, en esto es en lo que más tiempo se pierde en Florencia ya que las filas para entrar a cualquier lado no te bajan de 2 horas, claro en esta temporada.

Yo ya había entrado a todos esos sitios en mi anterior viaje a Florencia en el que pase allí 10 días,  por lo que David lo único que quería visitar era el Duomo y la Galería de la Academia a la que iríamos al día siguiente pero además quisimos improvisar y nos cogimos unos billetes para visitar Pisa durante el resto del día.

Así que nos tocaba descansar que el próximo día también sería movidito.



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